TRABAJO DE EDUCACION Nº4, REFLEXION: "LA EDUCACION ENCIERRA UN TESORO

LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN


Cuando la gente habla de educación es muy probable que se refieran a esta como conocimientos teóricos cuantificables, o bien se refieran al modo “civilizado” de comportamiento social, o como la enseñanza a fuerza de repetición de contenidos útiles, en gran parte a corto plazo (buen resultado en la P.S.U. o evitar repetir el año). Si bien las opiniones pueden ser disímiles, estas no son del todo erradas. No obstante, la ecuación es más compleja y extensa.

La educación es un proceso integral y perpetuo. Es más que la noción reduccionista del método estructurado y formal que hasta hoy imparten las instituciones educativas, especialmente en nuestro país.

Su eficacia ya esta comprobada en temas como superación de la pobreza, ya que logra concientizar a las personas a cerca de su entorno y cómo mejorar esa situación, y también la propia. Si bien requiere tiempo y dinero, esto se ve recompensado al tener menos “lastres”, que evitan que lleguemos al nivel de desarrollo de grandes potencias, las cuales ya hicieron su propia tarea de educar a sus ciudadanos y construir juntos una mejor y más justa nación.

La educación es más que el emisor o transmisor de conocimientos literarios, geográficos, históricos, matemáticos, etc., es también el medio del cual el ser humano debe valerse para alcanzar una mejor percepción de su mundo, de su lugar en él, de sus talentos, de su responsabilidad y compromiso para con su realidad social y temporal en la que está interactuando.

El hombre (y la mujer) deben nutrirse de una educación que impulse este “aprender a conocer” desde adentro hacia fuera, desde el individuo hacia su relación con los demás y con los acontecimientos que se suscitaran a lo largo de su vida. Es por ello que es necesario que desarrolle un sentido crítico, un discernimiento alejado de subjetivismos impuestos, que lo ayudarán a una comprensión de la realidad más aguda (quizás hasta cercana al cinismo) y menos pasiva o de plano desconectada.

Esta “suspicacia intelectual” es un buen empujón para despertar la curiosidad por más conocimientos, cualidad innata en el ser humano pero que muchas veces es víctima de las distracciones y el exceso de información superficial que nos rodea. Se hace evidente entonces, ejercitar la atención, la memoria y el pensamiento en aprender lo que nos resultará provechoso para nuestro crecimiento académico, profesional y personal.

Pero educar por educar tampoco es la solución, puesto que si todos reciben una misma instrucción no habría una mayor diferenciación en lo que cada persona tiene para ofrecer. Es por esto que se deben llevar a cabo cambios y planes, tomando en cuenta las habilidades individuales y vocaciones innatas.

Una educación que pretenda ser exitosa, debe proporcionarle al individuo no tan sólo un cúmulo de materias de cultura general impartidas en el aula, aún cuando estas presentan sin duda, un marco referencial que siempre será positivo en la relación entre el sujeto, sus pares y su entorno. Sino también, impulsar el autoaprendizaje, una permanente actitud de auto mejoramiento y/o superación, que haga al ser humano entregar lo mejor de sí en beneficio del bien común.

Sin embargo, no podemos obviar las decisiones personales, el derecho de cada individuo de regir su vida de la manera que le plazca, ya sea el equivocado, según nosotros, o el más cómodo para él. Tarea de la sociedad es mostrarle el camino hacia una existencia más provechosa, en la cual él podría ser parte de su propio perfeccionamiento, tal vez llevando un estilo de vida diferente, pero no desperdiciando sus talentos, aptitudes y siendo un verdadero aporte a la comunidad.

Desde el principio, la ciencia ficción nos remontaba a un fantástico mundo en que las maquinas terminaban reemplazándonos, ya sea para bien o para mal. Hoy nos hemos dado cuenta que esta visión ultratecnologizada es cada vez más real. El número de operarios se a reducido por la vorágine de la mecánica y principalmente la electrónica; es cosa de observar la fabricación de automóviles o el trabajo agrícola, antaño manual, hoy a cargo de menos personas y más equipos tecnológicos. Es en este sentido, que una educación que refuerce las competencias profesionales o técnicas, el empeño personal, la empatía y capacidad de trabajar en equipo e innovar al mismo tiempo, se vuelve esencial en un óptimo y deseable desempeño.

Ya sea en una economía moderna y estructurada o bien en una menos desarrollada, las capacidades personales, en pos de lograr una armonía, a favor de proyectos comunes que aporten al crecimiento sano de si mismo en comunidad, es vital en lo que a una buena educación se refiera.

Inculcar desde la infancia el conocimiento de sí mismo y del respeto a los demás, evitará problemas futuros o conflictos que producto de odiosidades, estereotipos o ignorancia, reverberarán en un nulo avance o crecimiento del individuo y de la sociedad.

Debemos ser capaces de buscar los puntos de convergencia, de encuentro y no aquellos que creemos que nos dividen e impiden la concreción de proyectos o tareas comunes que nos beneficiaría.

La labor educativa debe promover en sus educandos, el sentido del disentimiento, mediante el uso del dialogo por medio de argumentos racionales y lo más objetivos posible, olvidándose de las pugnas egoístas que nada bien hacen al bien común.

Las capacidades cognitivas son un plus para las de tipo técnica o profesionales. La imaginación, la creatividad, la maravilla de pensar por sí mismo, de ver las cosas desde fuera de la “caja”, serán siempre aptitudes positivas que permitirán al hombre dejar de ser un ente pasivo de un mundo de información desenfrenada, para convertirse en protagonista de su propio destino, moldeando y mejorando su realidad, para el mismo y sus congéneres.

Todo lo anterior, desde el principio hasta el fin, nos habla de una educación con un ideal más sublime e integral. Sin embargo, desde las teorías de diversos autores de la década de los ‘80s, pasando por la creación del informe de la Comisión de Educación de la Organización de Naciones Unidas, hasta ahora, no hemos visto verdaderos frutos, en especial, en el Chile de hoy.

Los conflictos se han acentuado o quizás se hayan hecho más visibles, en especial en los colegios y ya no digamos en el mundo adulto. El Bullying o matonaje, no es precisamente una virtud que vaya en la dirección de conformar labores comunitarias, o de crecimiento personal.

Debemos también, educar a los educadores para que sientan fervor al enseñar, pasión por formar a otros y que sea una decisión a conciencia el querer ser profesor, y no por arte del azar, una mala decisión o bien de la desdicha de un resultado académico mediocre. Porque ese es otro problema, los docentes nacionales llegan al punto de hastiarse de sus alumnos y establecimientos, sin sentirse apreciados o retados a superarse.

Quizás sea efecto de una deficiente labor educativa en nuestro país o bien una amarga realidad de nuestro ser mas primitivo, pero parece que estamos condenados por algún tiempo más a vivir en una realidad llena de diferencias y conflictos, a menos que reforcemos este cambio vital del que hemos estado hablando, desde adentro hacia fuera.

lunes, 9 de junio de 2008

TRABAJO EDUCACION Nº2 "VISITA A COLEGIO"

Trabajo N°3, Taller Práctico:

Vista Colegio Instituto de Humanidades Alfredo Silva Santiago, Concepción


1. Introducción
“La lengua, la moral, la religión, las ciencias, todo lo que integra la cultura de un grupo, es producto social, obra colectiva, y es su conjunto lo que forma el “ser social”; construir y organizar ese ser en cada uno de nosotros, enseña Durkheim, es el objetivo concreto de la educación”
(Azevedo, 1942, p 81)
La institución encargada de traspasar a los individuos la cultura del grupo social, es el colegio. Aquí es donde, por medio de la educación, las personas alcanzan un grado de similitud básica de pensamientos, valores y normas que todo miembro de una sociedad precisa, en orden de asegurar la trascendencia de su cultura y por ende, conseguir la mantención del sistema social existente.
Como es la cultura social la que impone implícitamente al sistema escolar que es lo que éste debe producir (alumno con determinadas características y saberes para que se inserte con éxito el día de mañana a la estructura social), el éxito escolar depende por lo tanto, de factores como el capital cultural, social y familiar; a menos de lo anterior, es probable que se experimente fracaso escolar. Aquí también juega un papel protagónico el capital cultural heredado que posea la persona, el que se construye con la interiorización de disposiciones establecidas por la familia o grupos donde transitamos, en otras palabras, el capital cultural heredado o capital cultural ya adquirido, son los saberes con que llegan los niños al colegio, aquellos que aprendieron del medio social donde se han desarrollado desde su nacimiento. En el sistema escolar, se obtienen diferenciales “beneficios” que dependen de la cercanía/distancia que tenga la cultura de origen (de un alumno) con el capital cultural que distribuye, acepta y avala la escuela.
Una vez más llegamos al punto neurálgico del funcionamiento y mantenimiento de la estructura social, la escuela, la educación. Al entender la importancia del sistema escolar en una sociedad, nace la inquietud por contactarse con la realidad del este sistema. Es por ello que se busca, por medio de la observación del funcionamiento de un colegio, en este caso del Instituto de Humanidades Alfredo Silva Santiago, entender y conocer la opinión de alumnos y profesores sobre el proceso educativo, así como también conocer la visión y misión de la institución a observar.


Descripción del colegio analizado
El Instituto de Humanidades Alfredo Silva Santiago se encuentra ubicado en Colo Colo #24, en el centro de la ciudad de Concepción, Octava Región. Es un colegio de la Iglesia Católica de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, perteneciente a la Fundación Cristo Rey, sus máximas autoridades son la Rectora Maria Paulina Bellolio y el Vicerrector Luis Chacón. Es un establecimiento de financiamiento particular pagado, co-educacional, que atiende estudiantes desde Pre-Kinder hasta Cuarto Medio, en la modalidad Humanística-Científica.
La infraestructura que posee el del Instituto de Humanidades da cuenta de que se preocupan como institución por satisfacer las necesidades de su alumnado. El colegio se divide en dos edificios, el primero de 4 pisos, donde se encuentran los cursos desde tercero año básico, hasta cuarto medio; el segundo edificio, solo tiene 2 pisos y un kiosko, aquí se encuentran los niveles de Pre-Kinder a segundo básico. El colegio además, cuenta con amplias salas de computación equipadas con computadores modernos y sistema de internet; una biblioteca con mesas para estudio y cobertura WiFi (internet inalámbrico) para que sus alumnos puedan navegar por internet cuando lo necesiten; una sala de arte, sala de música y un teatro. En el patio, se encuentra un amplio gimnasio, de dos niveles, equipado para el desarrollo de gimnasia artística (subterráneo) y para deportes como el futbol, basquetbol y voleibol, entre otros, en la planta superior. Cuentan también con su propia capilla, donde se da lugar a misas, celebraciones de primera comunión y clases de religión, además siempre está abierta para que el alumnado.

Historia del Instituto
Con la intención de materializar la línea educativa de la Iglesia, en la década del 50 surgió la idea de crear un colegio que perteneciera al Arzobispado y que pudiera dar a la comunidad la enseñanza de la doctrina católica. La iniciativa se materializó el 25 de octubre de 1953, según lo establece el decreto 1227/53 bajo la administración pastoral de la Diócesis del Arzobispo monseñor Alfredo Silva Santiago.
La primera sede fue una antigua casona que colindaba con la Catedral situada en la calle Rengo 472. En sus inicios, el Instituto fue regido por un Consejo Superior y un Consejo Directivo, presididos ambos por el rector. El primer rector fue monseñor Manuel Mardones Stuardo, destacado por su gran riqueza espiritual y su perseverancia en el ideal, el trabajo y el bien como signo de superación.
El Colegio inició sus actividades docentes en marzo de 1954, partiendo con cursos de Primera a Sexta Preparatoria. Monseñor Mardones, quien además era profesor del Liceo de Niñas, fue presidente del Consejo Directivo y vicerrector fue el presbítero José Durán Chamorro, asesor espiritual fue monseñor Domingo Cruz Ocampo.
En 1963, el colegio fue trasladado a su actual edificio de Colo Colo 24. En 1978, se anexó al nombre de Instituto de Humanidades el nombre de su fundador, monseñor Alfredo Silva Santiago. Ese mismo año, también se estableció su insignia, con las letras del fundador que sustenta y fundamenta la antorcha que ilumina y da luz a las mentes de los alumnos. La luz se proyecta a las letras del colegio. La insignia se ubica en el corazón de los estudiantes, sirviendo de marco.
El colegio se ha destacado por mantener el sistema de Medio Pupilaje, en que los alumnos tenían jornada en la mañana y concluía con una jornada en la tarde, similar a la jornada completa que se promueve actualmente. Otro avance importante ha sido la transformación en colegio coeducacional.
Actualmente el Instituto es dirigido desde marzo de 2003 por la profesora y magister Sra. Paulina Bellolio Olivieri, siendo la primera mujer en asumir este cargo.

Conclusiones
Qué es educación para el colegio
Para el Instituto de Humanidades Alfredo Silva Santiago, la educación es una herramienta fundamental que le permite instruir a sus alumnos a nivel personal y académico. La educación es un todo, es formar, entregar conocimientos, motivar y desarrollar en el alumno competencias que les serán útiles para integrarse satisfactoriamente a la estructura social.
El colegio reconoce su rol subsidiario, por ser los padres los primeros educadores, por lo que opta, por un enfoque evangelizador y humanista, por una educación integral que promueva el desarrollo armónico de todas las capacidades de la persona de manera que éstas, potenciando su espíritu de servicio y vocación para transformar su sociedad con la fuerza del Evangelio, busquen crear una nueva cultura fraterna, solidaria y justa.

Validez de la formación recibida, competencias adquiridas e integración de los alumnos a la sociedad
Los colegio, en general, se dedican en su mayoría a la obtención de resultados, esto no es un problema de los profesores, sino de la cultura chilena, ya que está muy focalizada en la búsqueda de resultados, el valor de un estudiante se mide en sus notas o puntaje PSU, luego en la universidad, vales por lo que estudias (carrera) y en el mundo laboral, vales por el dinero que ganas. Pero todos sabemos que la educación es un proceso que requiere de otras cosas también, es decir, podemos tener muy buenos resultados y tener gente con muy poca capacidad de liderazgo y eso tampoco sirve. Problemas como éste son los que as escuelas deben ir repensando en la medida en que los cambios sociales, políticos y económicos comienzan a ocurrir. La escuela no cambia porque tiene que cambiar, la escuela siempre va a estar tensionada en la medida en que la sociedad vaya evolucionando.
Vivimos en un mundo globalizado, donde manejar las tecnologías, el idioma inglés y tener una formación íntegra (cosas que antes eran un privilegio), son la base para construir una vida “exitosa”. La formación entregada, en este caso por el colegio observado, a sus alumnos está centrada en el desarrollo del pensamiento, la creatividad, la investigación, las inteligencias múltiples, el idioma inglés avanzado, la formación en valores, la educación inclusiva y el trabajo social. Competencias necesarias para tener éxito en la sociedad. Por lo tanto, los objetivos del colegio, pueden considerarse acordes a lo que la sociedad espera recibir el día de mañana de sus nuevos actores.
Los alumnos del Instituto de Humanidades, se ven estimulados a adquirir competencias como el idioma inglés desde Pre-Kinder como así mismo la potenciación de habilidades lingüísticas, Problemas del Conocimiento, etc. Se trabaja en Laboratorio de Ciencias y con Recursos Multimediales a través de modernos Laboratorios de Computación. Se motiva al alumno con la realización de visitas educativas, que buscan la integración de los distintos sectores de aprendizaje. Se potencia el desarrollo vocacional, la creatividad, el conocimiento de sí mismo y la utilización sana del tiempo libre, ofreciendo a los alumnos variadas Actividades Extra programáticas. Y por último, se intenta integrar a la familia al Proceso Educativo favoreciendo la comunicación y la participación de los padres. Además, la interacción con la comunidad, es otro de los puntos de interés del establecimiento. Es por esto que en el año 2004 se implementó, como parte de la asignatura Problemas del conocimiento dictada en tercero año medio, la iniciativa “Proyecto de Inserción Social”, sonde se motiva al alumno a desarrollar un proyecto donde se dé solución o se contribuya a mejorar el entorno social.
La primera función de la educación no es el desarrollo de las habilidades potenciales de cada individuo, sino que consiste en el desarrollo de aquellas capacidades y habilidades que precisa la sociedad (Durkheim, 1975). Bajo este marco, el colegio Instituido de Humanidades, está cumpliendo su labor educativa.
Qué perspectivas de avance futuro tienen los alumnos
Aspiran a la educación superior. El ingreso a la universidad es un tema fundamental, ya que están conscientes de así asegurarán un bienestar económico, tanto para sí mismos y su familia, siento el capital humano de gran importancia debido a que con mayor educación mayor inserción va a tener en la sociedad, pues sabemos que el medio, hoy en día, exige mayores conocimientos para no ser un excluido de este.

Teorías que explican el quehacer y compromiso del colegio
Según la teoría del capital humano, la inversión en conocimiento constituye un factor decisivo cuando se trata de asegurar el bienestar humano. Las capacidades adquiridas por las personas (educación, experiencia, habilidades y salud) son básicas en cuanto a la concreción del progreso económico (Schultz, 1985).
El colegio analizado es una institución particular pagada, por lo tanto su enseñanza está dirigida a un segmento determinado de la población, quienes tengan poder de adquisición. Los apoderados del colegio, invierten un capital monetario en educación para sus hijos. ¿Cómo se recompensa su inversión? Cuando su hijo logre ingresar a una universidad de prestigio a estudiar la carrera deseada. Por el nivel socioeconómico al que está dirigida la educación del colegio, se infiere que el alumnado en su mayoría debe tener en su núcleo familiar, a lo menos, un profesional como progenitor; por lo que el capital humano heredado (teoría del capital humano y teoría de la reproducción cultural) es la base fundamental para el éxito en el colegio. Cuando se entrevistó y encuestó a alumnos de dicha institución, al preguntarles sobre sus intenciones de continuar estudios universitarios, todos contestaron fehacientemente que sí; ante el modo de sus respuestas y ante las aspiraciones que tienen por continuar con una formación superior, ante sus ojos “natural” (es lógico para ellos que luego del colegio se deba ingresar a la universidad). En la sociedad actual, no todos logran acceder a estudios universitarios, deber tener el dinero y debes “calificar” (obtener un determinado puntaje en la Prueba de Selección Universitaria, PSU). El segundo punto es de suma importancia, ya que el colegio garantiza educación de calidad, o sea, un alto nivel académico que asegura a los padres que sus hijos recibirán todas las herramientas necesarias para aprobar la PSU y seguir desarrollándose intelectualmente (lo que se verá reflejado, el día de mañana, en el rol que desempeñe el alumno en la estructura social), ingresando a la Universidad ( teoría de la reproducción social) y aspirando a un mejor futuro económico.
Siglos atrás las diferencias de ingreso se explicaban por el acceso a la tierra y por la propiedad del capital. Hoy son causa de las diferencias en el acceso a capital humano, es decir, a la educación de calidad. En Chile una persona que posee educación superior puede obtener un salario 4,2 veces más alto comparado con aquellos que tienen educación media (Castro, 2004).
Según la teoría funcionalista, la sociedad es un sistema donde cada una de sus partes cumple una función determinada para mantener así el “todo” (sociedad), el colegio estaría cumpliendo su rol dentro de la estructura social, que es la de entregar a sus alumnos valores y conocimientos con los que podrán insertarse exitosamente en la sociedad. Aquí entra en juego la teoría de la reproducción social, que postula que la escuela enseña una cultura de un grupo social determinado que ocupa una posición de poder en la estructura social, la que se reproduce a través de una acción pedagógica, las que tienden siempre a reproducir la estructura de la distribución del capital cultural, contribuyendo así a la reproducción de la estructura social. Ya que el colegio nace para entregar a determinadas personas, valores, competencias y conocimiento los que les servirán para insertarse en la sociedad, como ya se mencionó; el establecimiento al plantearse en sus inicios que ofreceremos a la sociedad, obtiene como respuesta el producto social, el individuo modelo que sería aquel que conozca, maneje y se inserte en la estructura social, por lo tanto el colegio está formando al alumnado para ser aquel individuo, entregando así a la sociedad el producto que esta busca, logrando así que el alumno tenga éxito, encajando en el modelo y si éste es hábil y aprende su funcionamiento, llegará a tener éxito y poder dentro del sistema social.

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